Chile ofrece una gastronomía abundante y variada llena de sabor y color. Su cocina tiene influencias de la cocina indígena, española, francesa e italiana donde hay que destacar productos como las frutas, legumbres, choclo (maíz), papas, carnes y una gran variedad de pescados y mariscos.
La herencia culinaria criolla fue trasmitida de generación en generación mediante recetas guardadas en cuadernos o tarjetas, que permanecieron por años como un secreto de las diferentes familias, hasta el momento en que alguien las recopilaba en tomos y las publicaba. A mediados del siglo XIX, se comenzaron a redactar en las imprentas las viejas recetas de las monjas y las familias, que se convertirían en la base de la gastronomía nacional con el pasar del tiempo.
La historia señala que, en la mitad del mismo siglo XIX, cuando se publicaron los primeros tomos de importantes recetas culinarias, aparecieron en Santiago y Val paraíso varios libros de recetas, destacando El libro de las familias, que eran publicaciones que contenían manuales de cocina, economía doméstica, repostería, confitería y dos curiosos manuales de salud y lavandería.
Al comenzar el siglo XX, la Enciclopedia del hogar de la Tía Pepa, del chileno Rafael Egaña, es considerado un clásico de la cocina chilena en donde se recopilaron varias recetas de principios del siglo, principalmente las dedicadas a aves y caza, con suculentas preparaciones de gallinas, gallos, pollos, gansos, pavos y pavas, patos, perdices, pichones, torcazas, tórtolas y zorzales, entre otros.
El libro de recetas La Negrita Doddy, que tiene como modelo un libro de Julio Grauffé, cocinero del Jockey Club de París, principalmente recopilaba una variedad de recetas de la cocina alemana, española, francesa, inglesa e italiana.
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